Vivimos en una realidad muy distinta a la que se deben enfrentar otros seres humanos. Tenemos la suerte de vivir en un país sin conflictos de especial entidad, con privilegios, que nos parecen normales, y otras muchas personas no pueden gozar. Por desgracia, esto no es así en muchas partes del mundo, donde apenas tienen los recursos más básicos para sobrevivir a causa de las guerras. Estas y otras cuestiones fueron objeto de una interesante sesión a la que asistimos los alumnos de Bachillerato. El ponente, Jaime Cárdenas, se ha especializado en resolución de conflictos. Trabaja para la Schengen Foundation for Peace, con sede en Luxemburgo. En los últimos años ha desarrollado un trabajado de campo, prestando ayuda a refugiados en zonas de conflicto. En la sesión que impartió en el salón de actos ilustró las historias con imágenes de su trabajo en Oriente Medio, de manera especial en la zona fronteriza del Líbano con Siria.
El ponente se detuvo en situaciones que, para nosotros, sólo suponen unos segundos en las noticias de la televisión, y que afectan al día a día de muchas personas. Los mayores perjudicados son los refugiados, aquellos que huyen de la guerra, dejando atrás su vida para emigrar a otros países. Empezar una nueva vida desde cero no es nada fácil para ellos, ya que muchos de esos nuevos países no comparten su misma cultura, lo que dificulta su integración en la sociedad. Al finalizar de la sesión el ponente respondió a las cuestiones que se le plantearon. Entre otras, denunció el trato poco humano que están recibiendo refugiados que pretenden llegar a Europa, víctimas de tantas guerras y tragedias. El Viejo Continente ya sabe lo que es vivir esta situación de constante conflicto. Es por eso, por lo que no debería cerrarles las puertas. Al contrario, debe mostrar su lado solidario y ayudar a aquellas personas que tratan de huir del horror.
Iñigo Regueira (1º BACH ‘A’)